DEL 20 AL 25
°Capitulo 21°
— No Kemal, ¡vas a volver ahí y tomarás
ese maldito vuelo a Londres!— mis palabras eran fuertes y consisas.
— ¡No me trates como un niño primo no
eres mi padre! ¡Yo decido lo que quiero hacer!— pase la mano sobre mi rostro
viéndole incrédulo.
— ¡Siempre he sido uno para ti y lo
sabes! ¡Ser un adulto no es que tu primo tenga que sacarte de la cárcel cuando
deberías estar en Londres!— bufo ante mis palabras.
— ¡No hice nada malo! ¡Porque no quieres
que me quedé! ¡¡¡Si yo le amo primo!!! ¡Estoy enamorado de Eve y quiero estar a
su lado!— el enojo quemó entre mis venas.
— ¡Lo tuyo es un capricho nada más! ¡No
puedes dejar la universidad por alguien que solo conoces de días!— no quería
usar un tono rudo pero no me dejaba oportunidad.
— Lo dices como si... ¡Cómo si te dolería
que me quedara! ¡Pues me quedaré!— recogió su abrigo.— te guste o no te guste.
Suspiré mientras salía por la puerta.
Cuando llegue a la empresa enseguida
recibí una llamada ¡informándome que Kemal estaba en la carcel por una pelea y
durmió con otra persona mientras su vuelo partía! Claramente no podría decirle
esto a mi tía.
Decidí calmarme ante el tono de mi
celular, no quería descargar mi enojo contenido con alguien más.
— Bueno.
— ¡Hijo! ¡Hijo mío es una desgracia!
¡Debes venir al hospital inmediatamente!— mi corazón se puso en alerta de
inmediato.
— ¡¿Que ha pasado?! ¿Están bien?— la voz
de mi madre era entrecortada, algo malo había pasado.
— Es Eve hijo, ¡mi nieto está en peligro!
¡Debes venir de inmediato!.
— Voy en estos momentos.
Tome mis cosas en cuestión de segundos y
salí en búsqueda del auto antes de que me volviera loco.
Ellos dos debían estar bien.
Tenían que estarlo.
Una voz en mi cabeza no me dejaba en paz
pero debía llegar, golpes sobre el volante retumbaron en el auto a medida que
avanzaba en el tráfico.
— ¡Maldicion!— Grite en frustración
corriendo entre pasillos interminables sin saber a dónde ir.
— ¿Como están?— mi madre se abalanzo
sobre mi cuerpo en un fuerte abrazo sollozando.
Gire la visión pero Andre estaba sentado
sobre una de las sillas con la vista al suelo y sin decir nada.
— ¡Estamos esperando a la doctora, hace
unos minutos un enfermero salió y dijo que el bebé está en peligro de aborto!—
sostuve a mi madre antes de que cayera de rodillas.
— Está bien madre, ¡ellos son fuertes! El
bebé va a sobrevivir.— le ayude a sentarse al lado de Andre.
— ¿tu cómo estás?— me recliné delante de
este pero su mirada parecía perdida, ajena a cualquier lugar.
Tome asiento del otro lado esperando las
palabras que nunca llegaron.
— ¡Por amor de Dios! ¡Que mi nieto este a
salvó señor!— mi madre caminaba de un lado a otro entre el pasillo. Se podía
ver qué solo estaba preocupada por la salud de nieto y eso me molestó
sobremanera.
Andre aún no pronunciaba oración pero
sabía que esa no era mi mayor preocupación.
Habían pasado horas interminables y cada
segundo era peor sin tener respuesta de su condición.
La doctora que estaba atendiendo el
embarazo de Eve salió de su habitación siguiendo las líneas del pasillo que
guiaban nuestra dirección.
— ¡Doctora dígame por favor! ¿Cómo está
mi nieto?— ella corrió hacia la doctora y la seguí con el enojo volviendo a mi
sistema.
— El bebé y la madre están estables por
el momento.... Debemos dejarles en observación para esperar su evolución. Esto
es muy común entre las personas embarazadas, el riesgo de aborto es alto, pero
se puede deber a muchos factores.
— ¿Doctora podemos ver a Eve?— interrumpí
pero me nego el paso.
— No es conveniente ahora, podrán hacerlo
despues. Se necesita reposo. En unas horas les traere los estudios más
detallados para saber lo que pasó.
— ¡Doctora haga lo posible por favor!— mi
madre beso su mano.
— Estamos haciendo todo en nuestras
manos, lo demás está en la fortaleza de ellos dos.
En un susurro la doctora abandono nuestro
contacto y me acerque al ventanal que daba a la habitación.
Habían cables conectados a su cuerpo
inerte sobre la cama, trague el nudo en mi garganta ante la imagen nada
agradable, lo único que sobresalia del cuerpo que se veía pálido y sin color
era el cabello largo rojo brillante que se esparcía entre la almohada.
Sus ojos estaban cerrados, su mano descansaba
sobre su vientre que sobresalia poco, por lo que no tuve más remedio que
alejarme no sin antes pasar mi mano sobre el cristal.
Desperté entre la blanca iluminación de
la habitación, el sonido constante de las máquinas me hacían saber que no
volvería a la mansión pronto.
Pero eso no me importaba lo suficiente.
Entre mi cuerpo adolorido que no podía
levantarse recordé los momentos antes de haber estado en esta situación y
lágrimas continuas se derramaron sobre la colcha.
Un sentimiento de culpa se instalo al
lado de mi corazón, había jurado protegerlo.
Cuidarnos mutuamente pero parecía que
todo eso había sido en vano y ahora yo era el responsable si algo pasaba de
ahora en adelante.
Moví mi mano lentamente sobre la
superficie de mi estómago cubierto.
— No pude protegerte.......
Susurré a la nada con voz cansada.
— Ni siquiera eso puedo hacerlo bien,
perdóname....
Sabía que quizás podría escucharme, la
puerta puerta se había abierto y la figura del señor Hazad hizo presencia.
— ¿Porque lloras?.
— Señor Hazad— deje caer otra lágrima.—
Tuve una pesadilla terrible....— llore — el bebé, se alejaba de mí. Corria para
alcanzarlo pero no podía...
— Shhh, no llores más.— sonrio como solo
el sabe hacerlo.— no te preocupes. El bebé sigue aquí, con nosotros... solo era
algo para decirte que el esta en ti.
Solloce más fuerte por sus palabras.
— Enserio que lo lamento.... No pude
cuidarle como se debe... Lo siento.
Un suspiro.
— Hiciste todo lo que podías Eve.
— ¿No está enojado conmigo? — dijo
"No" antes de seguir.
— Tu... ¿Tu si estás enojado con
nosotros?— su rostro estaba inquieto.
— Por supuesto que no.... Todos somos
aves enjauladas tratando de volar....
Se quedó en silencio.
— De nuevo estoy diciendo tonterías,
disculpe.
Sus ojos brillantes e intimidadores
volvieron a mirarme.
— Escucha Eve. Yo confío en ti, se que
cuidaras bien del bebe. Porque eres una buena persona. Pero no te mortifiques
de esa manera, ¿Está bien?.
Asentí
— ¿Lo prometes?.
— Lo prometo. — sonreí.
°Capitulo 22°
—¿Dónde está Andre?— mire
a mi madre buscándole con la mirada.
— Se fue, dijo que recogería a su madre
en el aeropuerto.
— Voy a hablarle— dije pero me tomo del
brazo.
— Debemos pensar primero en que decirle a
los demás, cuando lleguemos estarán preguntando por Eve.— la miré con asombro.
— Vamos a decir otra mentira, ¿Acaso no
somos profesionales en eso? — me fulminó con la mirada.
— ¿Crees que yo amo tener a nuestra
familia engañada? Yo hago esto solo por ustedes, por su hijo.— me aparte de su
lado.
— Si, ya nos quedó claro que solo te
importa tu nieto.
— ¡Hazad! ¡Cómo te atreves! Esto lo hago
por ti hijo mio, no quiero seguir mintiendo pero ¿hay otra salida?.— me hice a
un lado.
— Si, si solo somos como aves intentando
volar en la misma jaula.— Susurré.
Me miró confundida.
— Olvídalo, otra cosa. Kemal esta en la
empresa.
Su rostro se deformó.
— ¿Cómo no va a estar en Londres?— se
tocó su frente.
— No se fue, tuve que sacarlo de la
cárcel y más cosas.
Mi madre nego entre el asombro.
Unos pasos detrás de nosotros nos alertaron.
— Doctora, ¡dígame qué está pasando!— la
doctora se hizo frente a nosotros.
— Bueno, como se esperaba. Fue una
amenaza de aborto. Cómo dije anteriormente esto se debe a muchos factores pero
en este caso según los signos — ojeo su carpeta.— también cabe la posibilidad
de que la madre haya atentado contra su hijo.
Ahora sí estaba confundido, Eve nunca
haría algo como eso.
— Ese muchacho nunca haría algo así,
imposible doctora.
Mi madre defendió. Está nos miro de lado
a lado.
— En todo caso les sugiero que regresen,
el se quedará en observación por esta noche. Esperamos que evolucióne su
mejoría para poder darle la salida.
— gracias Doctora.
Me despedí de ella al igual que mi madre.
Quería hablar con Andre lo antes posible,
pero seguramente el lo presintio porque mi celular vibró antes en mi mano.
— Bueno.
— ¡Ayúdame Hazad!— Frunci el seño ante su
voz.
— ¿Andre que pasa?— el sonido se cortó y
su voz fue reemplazada por otra.
— al fin nos conocemos.
— ¿Quien es usted? — una voz totalmente
ajena del otro lado, mire el celular y efectivamente era el número de Andre.
— ¡No importa lo que importa es que usted
señor Hazad! ¡Tiene algo que me pertenece! ¡Lastimare a su esposo si no me lo
devuelve!— el pánico se apoderó de mí sistema. Pero por otro lado mi intuición
estaba insegura.
— Deje ir a Andre.
— Le repito que usted tiene algo que es
mío.— rio— si usted no me lo devuelve no le entregaré a su esposo.
Busque entre todas las cosas posibles,
¿Que habría de querer esta persona? ¿Dinero?.
— Cuanto dinero necesita.
— No me crea estúpido señor Hazad. No
quiero su asqueroso dinero.— hizo una pausa. — Quiero a mi Eve, a cambio de su
esposo.
La voz se atoro en mi garganta.
— Está bien, dígame a dónde debo ir y
llevarle.
— ¡Cree que soy tan idiota! ¡Ponga en la línea
a Eve! — una voz en mi cabeza me hizo devolverme a la habitación de Eve.
Este se iluminó en su rostro al verme
cruzar por la puerta.
— Señor Haz-
— Aqui está en un momento se lo paso.
Eve estaba confundido ante la situación
pero no dijo nada hasta que coloque el celular a su lado.
— ¡Eve mi vida ¿eres tú?!— su rostro se
deformó al igual que su respiración.
— Yuzür....— su voz blanda y asustada.
— Pronto nos veremos de nuevo.— el
celular quedó en silencio de ambos lados.
— Señor Hazad. ¿Que sucede? ¿Porque?— su
rostro estaba igual a un papel.
— Ese hombre tiene a Andre... Está
pidiendo que te entregué a cambio de su libertad.
Un silencio incomodo se instalo en la
habitación a medida que el tiempo avanzaba.
— Está bien, lleveme con el.— sus
palabras me sacaron de balance.
— N...
— La vida del señor Andre está en
peligro. Puede venir a llevarme cuando desee.
Un susurro tenue casi insonoro salió de
sus labios blancos.
— Eve.....
— es su esposo. Enserio está en grave
peligro al lado de Yuzür, yo por otro lado protegeré a este bebé sin importar
que para que vuelva sano y salvo. El a quien quiere es a mi.
Una punzada paso por mi mente confundida.
Andre era mi esposo, pero tu... ¿Que
espacio ocupas en mi vida Eve? ¿Es más valioso la vida de uno que del otro?
Presentía un dolor de cabeza frente al
momento presente.
— No voy a tomar una decisión por ahora,
buscaremos la manera de arreglar todo esto.— el sudor frío corrió por mi cuerpo
una ráfaga de feromonas se habían vuelto inestables en mi ser.
Debía encontrar la manera de salvar a
Andre hoy mismo.
Había perdido el deseo de dormir debido a
la molestia constante en mi vientre, la voz de Yuzür era algo que no quería
recordar pero que tampoco podía olvidar.
Podría ir con Yuzür y convencerlo de
dejar ir al señor Andre.
La molestia persistió toda la noche.
— Señor, por favor protege a este bebé.
Se que no tiene nada que ver conmigo pero está dentro de mi.
— no dejes que nada le pase... Dame las
fuerzas necesarias.
El señor Hazad vendría a llevarme en la
mañana con Yuzür para rescatar a su esposo, estoy seguro de eso.
Por ello y la molestia en mi vientre no
había podido dormir toda la noche y se que la enfermera se había enterado de
eso. ¿Que pasaría si volviera a ver a ese hombre?.
— Estás pálido, ¿como te sientes?— trate
de incorporarme.
— No muy bien, he tenido molestia toda la
noche.
La enfermera se asombro.
— ¿Toda la Noche? ¡Porque no dijiste
nada! Ven recuestate y no te muevas mas.— ella me reprendió ayudándome a volver
a acostarme.
El mismo dolor del día anterior volvió
aún más fuerte que antes.
Grite apretando la manta en mi cuerpo.
— ¡Doctora!— el dolor era insoportable,
la enfermera llamo a la doctora tratando de estabilizarme pero solo podía tomar
su brazo y apretarlo con las fuerzas que me quedaban.
— ¡Ayudeme!— rogue llorando contra su
brazo.
El bebé debía vivir por sobre todas las
cosas.
Pero me sentía perdido. Quería aliviar su
dolor de la manera que fuera necesaria.
Era muy probable que mis gritos se escucharán por toda la habitación y no
importaba si me removía entre las sábanas, la doctora sostuvo mis dos
antebrazos antes de que una aguja clavara sobre la piel.
°Capitulo 23°
— No tenemos respuestas aún madre.
— Esperaba que no tuviéramos que pasar
con tanto con esto, tu padre también llegó y está preguntando lo mismo la
hermana de Eve y Kemal, esto se está saliendo de control.....
Madre suspiro y me recliné a su lado.
Había intentado interceptar la
información de aquella persona para encontrar su paradero pero elimino
cualquier rastro.
Andre seguía desaparecido, nuestros hombres seguirán en su búsqueda.
Kemal y Ayse la hermana de Eve habían
estado preguntando por este.
Mi madre invento una excusa dónde Eve se había ido a cuidar la madre de Andre
que llegaba hoy y por eso ellos dos no estaban en casa.
Fue un poco reforzado pero se había
creído, como todas sus mentiras.
— Llame a Izma, ella está con la madre de
Andre, está al tanto de esta situación.
— Bien madre, ¿a dónde vas? — pregunté
cuando tomo su bolso.
— Voy al hospital a ver a Eve.
— Voy contigo.
Tome las llaves del auto entre mis
guantes y salimos de la mansión rumbo al hospital.
El día estaba más gris que de costumbre y
la nieve caía entre nosotros cuando subimos al auto.
Los recuerdos parecian ser inolvidables
ahora.
"Es la primera vez que escucho los latidos de un bebé." le mire "Es muy pequeño pero su corazón late fuerte..."
"Así es, es
algo... Asombroso" su rostro seguía nublado en
lágrimas.
"Recien estoy asimilando que hay una vida dentro de ti." Hablé despacio.
"No podía asimilarlo al principio.. ahora
no puedo abortar a este bebé..... Es imposible... No pude ser capaz..." Sollozó.
"No sé que
hacer.." sus brazos sobre mi cuerpo eran
desesperados en medio del abrazo.
"Ayudeme señor Hazad....por favor"
"Ayudeme, no puedo más con esto."
"Por favor." Sus lágrimas empaparon su rostro.
— Hazad.... ¡Hazad!.— la voz de mi madre
fue fuerte.
— Ya llegamos, hijo ¿Estás bien?— un tono
de preocupación me saco de balance.
— Estoy bien .. solo un poco distraído es
todo. Vamos entremos.
Los recuerdos seguian atormentandome.
"Entonces porque te preocupas tanto por
el" "tú tienes a Andre" me reprochó cabizbajo.
"Yo le quiero.... Aunque el no me diga nada... No corresponde a mis
sentimientos... Luego tú, diciendome que no me conviene" su puño impacto contra la
mesa.
"No pretendas tratarme como un tonto que no
se puede enamorar"
"¿Dónde está? Por qué se fue así, quiero
hablar con el"
— ¡Buen día doctora! ¿Cómo está Eve?— su rostro era indecifrable.
— Necesito hablar con usted señor Hazad.
La mire confundido.
— Está bien Doctora.
Le seguí hasta la habitación continúa.
Las puertas de roble se cerraron tras mi espalda.
— seré sincera señor Hazad.
La noche anterior su estado se complicó, por lo que tuvimos que internarle de
urgencia.. pero no podemos proceder sin su autorización.
— ¿Autorización?.
— Tanto la vida de la madre y el bebé
está en riesgo. No es seguro, pero lo más probable es que necesitemos su
aprobación para salvar a uno de los dos.
Los segundos se hacían eternos por cada
palabra.
— En cualquier caso, Necesitamos saber a
quién debemos salvar.
Mi cuerpo quedó rígido sin poder decir
nada al respecto.
"¿Las aves?" Dije
sin pensar.
"Las aves son libres, solo viven
encadenadas a su destino" sonrío mirando a la nada.
— Salve a la madre Doctora, en lo posible
salvelo a el.— sentí el hueco en mi estómago.
— Está bien señor Hazad, puede hablar con
el si gusta.
— ¿Está despierto?— asintió.
— Despertó hace una hora, pasando el
efecto del medicament....
Salí con el corazón en mis manos hasta su
habitación evitando hablar con alguien más.
Sus ojos cansados trataron de sonreír.
— Señor Hazad.
—¿Cómo te sientes?— tome su mano.
— Estoy asustado señor Hazad, no le puedo
mentir. Escuché a la doctora decir que el bebé puede morir.— una lágrima rodó.
— Así es pero vas a estar bien, todo lo
estará.
Nego, — Salven al bebe por favor señor
Hazad.— me sente a su lado.
— No podemos hacer eso cuando estás
sufriendo todo esto por nuestra culpa.— me miró con terror.
— Esto esta muy mal, desde el principio
estuvo mal.— suspiré.— no queríamos aceptar el destino que nos había tocado y
te viste envuelto en todo esto... Producto de la desesperación por las
circunstancias.
Mordió su labio empezando a llorar.
— Por favor no llores, no es tu culpa.
Nada lo es.
— Eres muy joven y la vida solo te ha
dado sufrimientos injustos. Pero no es una razón para que esto continúe, nada
es más importante que tú salud.
Vamos a salvarte ¿Está bien? — me tomo del brazo como pudo.
— Señor Hazad por favor, yo no puedo
permitir algo asi, no puedo hacerle daño a este bebe.— toco su vientre.
—puede que quizás tenga razón señor
Hazad. Pero, yo siento... Yo siento que debo protegerlo.. puedo hacerlo.— no
sabía cómo contestar.
— Esto no es un juego Eve, tu vida está
en riesgo. No puedo arriesgar tu vida.
— Porque.— objeto. — quien dice que mi
vida es mucho más importante que la de este bebé o de alguien. Yo ya tuve mi
oportunidad señor Hazad, usted el señor Andre, incluso yo. Podemos tomar
decisiones por el.— apretó mi agarre.
— Pero el... Está indefenso en estos
momentos, siempre hablo con el, lo siento moverse dentro de mi.... ¡Le conozco
y quiere vivir! Sabemos que sera difícil pero se puede intentar. El tendrá una
familia maravillosa a su lado que cuidara de el y vivirá.
— Espero no se enoje, pero es como si
estuviéramos conectados.— la doctora entro antes de que dijera algo más.—
Doctora.
— ¿Si Eve?—
soltó mi brazo. — trabajaremos juntos, no
renunciaremos a este bebé.
La doctora sonrío y tomo su mano.
Está me miró esperando mis palabras.
— Está bien Doctora, haga todo lo posible
por favor.
La mujer sonrío una vez mas y aplicó un
medicamento en la intravenosa.
— Debes descansar antes de la
intervención.
Puse mi mano sobre su frente.
— Por favor... No me deje solo...
— No lo haré, estaremos aqui.
Sali viendo a mi madre con sus manos
suplicando.
— ¿Que pasó hijo?— se acercó rápido.
—Puede que uno de los dos no sobreviva
mama.— un sollozó salió de su boca.
— ¿Que dijiste? No puede estar pasando.
¿Hablaste con Eve?.
— Si, esta dispuesto a dar su vida por el
bebé.
Me miró asombrada.
— Su instinto...de madre— la mire sin
entender.
— Como está en su vientre debe estar muy
preocupado por el, oh dios protegelos a los dos.
— Me tengo que ir, debemos continuar
buscando a Andre. — ella me miró antes de que mi celular sonara.
— es mi padre, ¿Ya lo sabe?.
— Solo lo de Andre.— mire a la habitación
donde Eve estaba con los ojos cerrados.
— Hola padre.
— Hijo mío, ¿como va lo de Andre? —
suspiro.
— Aún lo continuamos buscando padre.
— Está bien, Trae de regreso a mi yerno y
mi nieto a salvó.
— Si padre.
°Capitulo 24°
— Suelteme, ya le dije que mi esposo
vendrá.
El hombre ajusto su arma contra mi
mandíbula.
— Espero que cumpla su promesa, o usted
sufrirá las consecuencias.
Apreté los dientes frente a este
psicópata.
No entendía porque debía pagar por
alguien mas, a quien quería era a Eve no a mi.
Los minutos se hacían eternos a su lado.
— ¿El lo ama a usted?— trate de obtener
información.
— No.
— Entonces, porque.. ¿Acaso va a forzarlo
a amarle?— se giró con mirada amenazante.
— No, no se puede obligar a amar a nadie.
Guarde silencio un momento.
— Entonces...
— Porque aunque no me ame, si no es mío
no será de nadie más. Es mi prometido.
Bufé en respuesta, este tipo estaba loco,
aunque me había alimentado, anhelaba que Hazad entrara por esa puerta.
Se había hecho de noche sería difícil
pasar más tiempo al lado de este hombre.
Un sonido ensordecedor se hizo presente
en todo el lugar y cerré los ojos por instinto.
El humo nublo mi visión a lo que abría los ojos respirando con dificultad.
— ¡Andre!— la niebla se disipó y la
figura de Hazad sosteniendo un arma alivio mi corazón.
— ¿Estas bien? ¿Estás herido? — negué con
dificultad cuando se arrodilló frente a mi, sus manos sobre mi rostro.
— ¡Sueltenme malditasea! — los hombres del
señor Jadar sostenían aquella persona.
— Ya estás a salvó, perdóname por tardar
tanto.
Mis manos y brazos fueron liberados,
abracé a Hazad respirando sus feromonas que estabilizaban las mías.
— Salgamos de aquí por favor.
Asintió y salimos en búsqueda de su auto
entre la multitud que había fuera de la casa en medio del bosque.
— Lamento preocuparlos, estaba por ir al
aeropuerto por mi madre y entonces perdí el conocimiento. Cuando desperté ese
hombre me había atado.
Hazad tomo mi mano entre las suyas.
— Ya esta, no te preocupes no fue tu
culpa.
Un sentimiento de tranquilidad invadió mi
corazón.
— ¿Cómo está nuestro bebé?— la curiosidad
mezclada con otro sentimiento había estado presente en todo el tiempo que
estuve lejos.
— Los doctores están haciendo lo posible
por salvarlos a los dos, todo se complicó y es posible que uno de los dos no lo
logré.— se removió incómodo.
— Espero que nuestro bebé esté bien.
— Si el no lo logra está bien, lo
importante es que Eve se salve.
La tranquilidad que tenía pronto se
extinguía.
— porque la vida de un extraño es más
importante que la de nuestro bebé....
Lo sentí tensarse a mi lado.
— Ese chico ha sufrido demasiado por
nuestra culpa. Merece tener una buena vida al lado de su familia que lo espera.
Lo mire con asombro.
— Parece como si no te importara el bebé.
— le doy la importancia que se merece.—
no me miraba pero seguia tenso.— eso no significa que deba olvidarme de las
demás personas.
Guarde silencio el resto del viaje
esquivando su mirada inquisitiva en los espejos del auto.
Salí del auto buscando el porque de la
actitud de Andre, en vez de acercarnos, nos sentía más lejos con cada
discusión.
Cuando entramos a la mansión todos se
mostraron felices de su regreso. Mi padre no dejaba de abrazarle con felicidad
al parecer solo mi padre sabía lo que había pasado, más sin embargo yo aún me
sentía inconforme sin importar en cualquier lado que estuviera.
— Madre, ¿cómo está Eve, te dijieron
algo?— Susurré despacio en un lugar apartado de los demás que hablaban
animadamente, Andre paso por mi lado sin despedirse.
— Aún no lo sé cariño, la doctora dijo
que nos avisaría si algo salía mal, solo debemos estar atentos.
Pase una mano por mi cabello.
— Ve a descansar, seguro que tienen de
que hablar.— madre alentó con una palma sobre mi espalda.
Lo último que quería era tener una
discusión de nuevo en estos momentos.
Tome las llaves del auto y salí sin mirar
atrás.
Abrí los ojos pesados en la oscuridad, mi
cuerpo dolía y era difícil moverme, los cables aún estaban conectados a mi
cuerpo pero aunque era incómodo debía soportarlo, la luz de la habitación se
encendió.
— ¿Como te sientes Eve?— la doctora se
acercó a las máquinas.
— Es incómodo pero soportable.— me
costaba hablar lo suficientemente alto pero al parecer logro entenderme.
— Lo hiciste muy bien.— sus manos en mi
cabello eran el consuelo que necesitaba.
— ¿El bebé está bien entonces?— trate de
mantener los ojos abiertos, ante el cansancio.
— Así es. Los dos son muy fuertes.
Lograron sobrevivir juntos.— tomo mi mano pero su rostro no mostraba demasiada
emoción como el mío.
— ¿Que está mal? Dígame qué está bien
doctora.— la angustia se apoderó de mí.
— Cálmate el bebé está bien.
Su voz no me transmitia seguridad.
— Por favor....
— Eve todo está bien no te preocupes,
estamos muy felices por ti y el señor Hazad pero ahora también estamos
cansados. Mañana podemos celebrar dependiendo de tu evolución.— mi mano se pasó
inconsciente sobre el estómago cubierto.
— debés dormir, no estás descansando
bien.
Asentí y la doctora sonrío antes de salir
por la puerta dejándome en silencio ante la oscuridad.
— Lo logramos .... Juntos bebé.— mi mano
pasaba repetidas veces en mi estómago.
— espero que Ayse no esté preocupada. Me
gustaría que no lo supiera todavía, aunque me siento mal por mentirle.... A
ella y a papa.
"¿El señor Andre va a tener un bebé?" Sus ojos curiosos me miraron.
"Así es" sonrío.
"Ohh me imagino la felicidad de el y el señor Hazad, debe sentirse
increíble ¿verdad hermano?" Frunci el seño.
"¿El que
cariño?" Se reclino en mi hombro.
"El tener una familia con la persona que
amas y poder sentir una vida creciendo en tu interior." Sus palabras me tomaron por
sorpresa y volví la cabeza al suelo evitando su mirada.
"¿Tu que piensas hermano?"
"Creo que si debe ser muy bonito, definitivamente
sería algo hermoso para recordar..." Sonreí abrazándole con uno de mis brazos.
— No se que pensará cuando se entere.—
suspiré.— cuando éramos niños papá siempre nos decía que no lo sabríamos hasta
sentirlo... Pero cuando lo hiciéramos... Es como si todo el tiempo hubiera
valido la pena. ¿Tu que piensas pequeño?— mire hacía mi vientre y negué
rotundamente.
— No... Tengo que llamarte de alguna
manera... Vamos a ver.. —lo toque una vez mas.
—Te diré lucecita, porque eres esa luz
dentro de mi vida oscura.
Un sentimiento calido.
°Capitulo 25°
Desperté solo en la habitación, Hazad no
había venido a dormir era lo más seguro.
Cuando me acerque a la ventana lo ví
salir.
Suspiré levantandome y entrando al baño en un momento recorde el pequeño frasco
que seguía dentro de mi abrigo.
Aquel que contenía la medicina que le
había dado a Eve. Salí de allí en busca del pequeño frasco y lo tome en mis
manos.
Debía esconderlo a toda costa antes de que alguien más lo encontrará.
—Andre, que bien que estés despierto
necesitamos hablar.
Trate de ocultar el frasco ante la
intromisión de mi suegra.
— Está bien, bajo en un momento.
Con rapidez busque una caja donde ponerlo
hasta que pudiera encontrar la manera de salir y botarlo, no podría ser en esta
casa. Sería algo visible si pasara un accidente.
Lo guarde dentro de una caja olvidada en
el guardaropa.
Me recordaría sacarlo y desaparecerlo
después, terminando de cambiarme me encontré a mi suegra sentada en la sala de
estar principal esperando tras las cosas que estaba tejiendo.
— Siéntate querido.
Hice lo que me ordeno ocultando mis
nervios.
—¿Quería decirme algo?— me crucé de
brazos.
— Así es.... Creo que es algo de lo que
tú debes ser conciente también.
Mi confusión se hizo presente, ¿Que
estaba planeando ahora? Espere atento.
— ¿A que se refiere exactamente?— se
detuvo y me miró.
— Yo también.... Comprendo que algo se
podría descontrolar entre ese chico y mi hijo.
Me quedé perplejo pero no dije nada,
sabía que algo estaba pasando.
— Entonces, ¿que sugiere?— una sonrisa
apareció.
— Debemos alejar a Eve de esta casa en lo
posible.
— ¿Como podría hacerlo suegra?— me
acerque a su lado.
— Estuve pensando, sería bueno que se
quede en la casa de tu madre junto a Izma, así todos creerán que es verdad que
el esta cuidandola, además su estómago crecerá y nadie puede saberlo.
Asentí a cada palabra.
— Vaya, si sale bien será una buena idea
suegra.
Su rostro se fruncio. — también hago esto
por su matrimonio. No creas que no he visto que algo está pasando con ustedes
dos.
Un sentimiento de tristeza inundó mi
corazón, usted no sabe cuanto daría por cambiar eso.
— Está bien, haga lo que desee.
— Buen día señor Hazad, es bueno verlo de
nuevo.
Sonreí y estreché su mano.
— Gracias Doctora, ¿Cómo está Eve?— su
rostro se volvió neutro.
— Están bien afortunadamente los dos
lograron sobrevivir pero, me temo que no todas son buenas noticias.
Respiré profundo mientras apretaba mis
manos entre los guantes.
— La salud de Eve está estable, va a
estar bien. El bebé es quien presenta complicaciones. Según los exámenes hay un
problema con uno de sus pulmones, esto fue gracias a que la madre ingirió algo
que le causó complicaciones y esto produjo la amenaza de aborto.
El aliento se quedó incrustado en mi
garganta.
— ¿Hay algo que se pueda hacer al respecto?.
— Por el momento no, debemos esperar que
el bebé crezca y sus pulmones se desarrollen lo suficiente para soportar la
operación, pero es posible que tenga problemas respiratorios al nacer y
necesite ayuda.— apreté la mandíbula.
— ¿Usted le dijo algo?— ella nego.
— En estos casos es mejor que la noticia
sea por parte de su pareja.— quería hablar pero me interrumpió.
— Así es menos doloroso de asimilar,
teniendo en cuenta la situación de Eve.
No tuve más remedio que agradecer y salir
en búsqueda de Eve.
Este aún dormía y no sintió mi llegar,
así pude sentarme a su lado y tomar su mano.
La otra estaba ansiosa y en un impulso
está se extendió a lo largo de su vientre. Mi mano abarcaba todo este y se
empezó a mover lentamente.
— Lamento todo lo que estás pasando,
siendo tan pequeño... No deberías sufrir de esta manera.
Sus ojos seguian cerrados.
— Espero poder ser un buen padre para
ti....
— ¿Señor Hazad?
— Eve, despertaste....— trate de retirar
mi mano pero la sostuvo.
— Señor Hazad.. se lo dije... Le dije que
podíamos intentarlo.... La doctora dijo que su bebé está bien.— su mano era
fría contra la mía pero su voz era cálida.
— Estoy listo para ir con usted....
Debemos rescatar al señor Andre, no se preocupe por el bebé le aseguro que lo
cuidare bien.
Le mire sin poder creerlo pero aparte mi
mano.
¿Como podría decirle algo así en este
momento?
— Solo debo pedirle un favor.... Cuide a
mi hermana, al menos hasta que yo...
Le interrumpi— Andre está bien, nuestros
hombres lograron rescatarlo. No tienes porqué irte... Nunca pensé llevarte
desde un principio.
Sus ojos cansados se llenaron de
curiosidad.
— Entonces Yuzür....
— El debe estar en la carcel en este
momento, no te preocupes por eso.
Su mirada se perdió.
— El.. ¿era algo tuyo?— la curiosidad
ahora me inundaba a mi.
— Era mi prometido, mi padre quería que
me casara con él, pero yo no quería porque no lo amaba.. nunca lo hice. —
Asentí sin mirarlo.
— Tu vida debió ser muy difícil siempre.
— Bueno, no puedo decir que fue lo peor
porque no me arrepiento de haber ayudado a mi familia. Aunque renuncie a muchas
cosas que quería hacer como estudiar, me sentía feliz de que mi papá no tuviera
que esforzarse tanto.
— Eres muy fuerte...
— No lo crea señor Hazad. Siempre he
tenido miedo de muchas cosas... Pero aprendes a vivir con eso.
— Eve... — quería decirle la verdad sobre
el bebé y al segundo me arrepentía.
— Dígame señor Hazad.
El golpe tras la puerta fue una alerta
antes de que Andre entrara sin avisar.
Comentarios
Publicar un comentario