DEL 30 AL 40
°Capitulo 31°
Corazones he notado algo que está pasando en
estos capítulos y les explicare por si estaban al igual que yo, también me
confundía al traducir xd.
Lo que está en este tipo de letra y comillas son
recuerdos que SI pasaron en la historia, solo que no
se muestran como tal pero son canon en la historia.
Siento que debía informarles porque note varios perdidos en algún lado.
Ejemplo: en el capitulo anterior se muestra un recuerdo de Andre en el que
hablaba con Eve en un campo, eso SI paso en algún
punto de la historia pienso que es al principio porque no se conocían
anteriormente y Eve aun trabajaba para los Jadar.
Espero que esto les ayude un poco a despejar
dudas. Cualquier otra duda dejenmela en los comentarios y les ayudo.
Saludos xx
— ¿Hermano?— la voz de Ayse era tenue en
la oscuridad hasta que encendí la luz.
— Hola cariño.
Sus ojos se iluminaron y corrió hacia mi
de inmediato.
— ¡Te extrañe tanto! —sus hermosos ojos
se llenaron de lágrimas.
— ¡Yo también te extrañaba! Por eso
volví.— la abracé con fuerza.
Su mirada se iluminó, la acompañe hasta
su cama. Era muy tarde y debíamos descansar.
—No te preocupes, estaré a tu lado cuando
te levantes.
Ella asintió y se acostó, varios minutos
después yo hice lo mismo.
—¡Eve! Que bueno que estas despierto ven
sigue por aqui.— la señora Jadar me encontró a mitad del pasillo y me llevo a
su habitación.
— Señora Jadar...
—Mi hijo hablo conmigo antes de irse, me
dijo que habías vuelto ¿Que paso?— gire mi rostro.
—Señora Jadar, pregúntele al señor Hazad
a mi no me corresponde decirlo...
—Pero quiero escucharlo de ti, vamos
habla.— me invitó a sentarme.
— Bueno, ayer se apareció Yuzür y todo
fue un caos, afortunadamente se pudo arreglar rápidamente pero terminamos aquí
por un malentendido con el señor Andre.
— Todo siempre es culpa de Andre, no me
sorprende.— su voz estaba enojada.
— Yo puedo entenderle, está pasando una
situación difícil, imagino lo triste que debe ser.
— Yo no lo entiendo, esto es para el.
Todo lo que estamos haciendo es por el. Pero todos los días sale con un
problema nuevo. No sé cuánto tiempo más podrá soportar mi hijo.— ella tocó su
frente.
— No diga eso, pronto esté bebé va a
nacer, será su hijo.— me detuve al recordar las palabras del señor Andre.
— Aunque ayer el señor Andre dijo que no
aceptaría a este bebé.
— ¿El dijo eso?— pregunto.
— Si, Señora Jadar el ya no quiere este
bebé, estaba hablando muy enserio lo sentí. ¿No harían algo así verdad? No
renunciarían a este bebé.— la preocupación se coló por mi voz.
— Por supuesto que no querido, hemos pasado
muchas pruebas para tenerlo, muchas personas lo estamos esperando lo sabes.
Asenti.— se que no soy su madre, pero no
me gustaría que le pasará algo así.
Ya no, pense.
— No, no te preocupes por eso, mientras
yo esté aquí nadie podrá tocar al bebé.
— Gracias, señora Jadar... ¿Podría ir con
Ayse a visitar a papá?— ella sonrío.
— por supuesto le diré al chófer que los
lleve.
— Muchísimas gracias señora Jadar, iré a
decirle a Ayse que se prepare entonces.
— Ve con cuidado cariño, si sientes dolor
no dudes en decírmelo.— negué.
— No se preocupe, desde que salí del
hospital no he tenido ningún dolor.
— Que buena noticia, sigue así. Espera un
momento. — se levantó.
— Siempre se me olvida pero, ¿El día que
enfermaste comiste o bebiste algo diferente a lo habitual.
Pensé un momento antes de responder.
— Bueno solo una proteína en un vaso que
me dió el señor Andre, no estaba muy dispuesto pero era para el bebé así que lo
tome.
—Comprendo, menos mal que ya está en el
pasado, ve a prepararte.
Sonreí y salí por el pasillo.
— Te estaba buscando, ven a mi
habitación.
El señor Andre paso por mi lado sin decir
nada más.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo por
completo pero lo seguí.
— Siéntate.
Su tono rudo parecía no tener piedad, era
claro que seguía enojado.
Cerré la puerta detrás de mi e hice lo
que ordeno.
— Conversemos un poco.— se hizo en el
sofá continúo.
Sentí su mirada por todo mi cuerpo antes
de que hablara.
— Me contaron lo que pasó anoche, no
sabía que Yuzür había estado en la casa.
— No tiene porqué disculparse.— mi voz
era firme.
Sonrío.
— No estaba intentando disculparme, no me
importa lo que sientas o pienses sobre ello. Tu no vales nada para mí.
¿Entendiste? Solo me importa una persona y es Hazad. Por tu culpa estoy mal con
mi esposo...
— Señor Andre, no hice nada usted
malinterpreto todo.— trate de explicarle.
— Cállate y escúchame. Te lo voy a decir
una última vez. Te mantendras lejos de Hazad.
— Señor Andre ¿que quiere decir
exactamente?— pregunté.
— Como escuchaste. Te vas a mantener
alejado de mi esposo.
Me levanté dispuesto a irme.
— ¡Siéntate! Aún no termino contigo.
Volví a sentarme.
— Hasta que llegaste nuestra vida era
maravillosa, no teníamos un hijo pero éramos felices. Ahora por tu culpa
estamos peleando todos los días.... Eres como nuestra maldicion.
Negué rápidamente.
— Dígame qué le he hecho yo.
Su rostro se ladeó.
— Ya deja de hacerte el santo. A mí no me
engañas con tu cara inocente. Desde el primer día que pisaste esta casa supe lo
querías realmente. ¡Se que solo quieres quitarme a mi esposo!
El coraje broto como espuma en mi
interior.
—¿Que?
Se acercó — Ya me escuchaste.
La llama dentro de mi interior era
inmensa ¿como podía decir algo asi?.
— Señor Andre cuidado con lo que está
diciendo.— solté bruscamente.— Yo no quiero destruir la felicidad de nadie.
— Y nunca lo vas a hacer. Solo mirate y
mira a Hazad.— sus feromonas comenzaron a generarme malestar, estaban llenas de
odio al igual que su dueño.
— Señor Andre.
— Te dije todo lo que necesitaba que
supieras, si te veo cerca de nuevo a Hazad voy a destruirte.— me miró lleno de
veneno. — Tu no me conoces. No sabes de qué soy capaz. Tienes prohibido
acercarte a el. Ni siquiera puede volver a verte una sola feromona sobre ti.—
hablo sin dejarme otra opción.
— ¡Ya fue suficiente!.— me levanté — No
tengo porque soportar sus tonterías.
Camine hasta la puerta hasta que está
sola se abrió.
— ¿Que está pasando? ¿Porque estabas
gritando? — la señora Jadar me miró.
— No pasa nada suegra, solo
conversábamos.
La señora Jadar volvió a mirarme.
— Dime ¿te dijo algo para lastimarte?—
mire al señor Andre una última vez.
Este estaba cruzado de brazos.
— Mejor yo me retiro.— una lágrima amarga
rodó por mi rostro antes de pasar al lado de la señora Jadar.
°Capitulo 32°
— Andre. Ese chico no es tu sirviente.
Arqueé una ceja con burla.
— No tienes porqué desquitar tu enojo con
el. Es absolutamente inocente.
El enojo seguía presente.
— Todos aquí somos inocentes, menos usted
señora.
Su rostro se llenó de irá así que tome
asiento.
— Andre, dejaras en paz a Eve. El está
gestando a mi nieto.— apunto hacía la puerta.
— Quisiera que abortara.— dije sin más.—
Así nos librariamos de ese problema.
Una sonrisa ladina surco mis labios.
— ¿Que dijiste? Que dijiste... ¿Quieres
que tenga un aborto?— me miró desafiante.
— Tal vez.— me crucé de brazos.
— Te estoy vigilando Andre. Es demasiado
extraño que se enfermara de la nada sin motivo... Espero no descubrir que
estuviste detras de esto.
Me sobresalté pero no dije nada.
— Eso espero...
Camino hasta la puerta y desaparecio tras
ella.
Suspiré levantandome por un vaso de licor
que había en la repisa.
Debía hacer algo, Hazad había salido muy
temprano en la mañana y no quizo escucharme, ignorando mis llamadas.
Esto estaba poniéndose cada vez peor y
debía encontrar una solución rápida o estaría acabado. Hazad no podía enterarse
de nada, espero que esa mujer no encuentre nada...
El frasco.
Deje a un lado el vaso y salí en busca
del pequeño frasco, tendría que deshacerme de él lo antes posible.
Llegué a la habitación y empecé a buscar
entre las cajas, no recuerdo donde pero en alguna de ellas estaba escondido.
Movía los compartimientos en busca de
ella.
— Maldicion dónde está esa botella.—
seguí buscando por todos los lados posibles.
— Buscas algo querido Andre.
Me gire sobre mi cuerpo.
Esa mujer sostenía el frasco levantandolo
con sus manos.
— ¿Tal vez esto?— la sangre se congelo en
mi cuerpo pero me obligue a mantener la calma.
— Nunca pensé que pudieras llegar tan
lejos Andre.— me reprochó.— ¿Cómo fuiste capaz? — me crucé de brazos.
— No entiendo de que me está hablando.
— ¿Está botella no es tuya?— levantó una
ceja.
— La encontraron aquí mientras limpiaban
tu habitación querido.
Maldije internamente.
— Esto fue lo que le diste a Eve ¿Verdad?
Tu intentaste provocarle un aborto usando esto.
— Vaya, le gusta imaginar cosas.— sonrío
ante mis palabras.
— puedes seguir mintiendo si quieres
querido Andre, pero los dos sabemos la verdad.
Se dirigio a la puerta.
— me quedaré con está botella imagínate
lo que se puede hacer teniendo esto, solo piénsalo.— Enfatizó.
— ¿Me está amenazando?
— Piensa lo que quieras, los dos tenemos
secretos. Tu no le dirás a Hazad que el bebé es de Eve y yo guardaré tu
secreto.
— Usted es una mujer malvada.— susurre.
— No soy una mala persona, pero si
alguien quiere hacerle daño a mis seres queridos no tendré piedad.
Salió por la puerta dejándome un sin fin
de dudas.
— ¡Papa!— sonreímos entre lágrimas al
verlo a través del cristal.
— No lloren por favor no lo hagan.—
susurro llorando también.
— Lloramos de felicidad por verte.
El sonrío.
— Estamos bien, pero cuando tú estés
libres será aún mejor.
— Cuidense entre los dos, yo estoy bien
tengo una persona aquí adentro que me está ayudando. Es una muy amable persona.
El dice que podría salir libre.
Frunci el ceño sin entender.
— El hablo con un abogado amigo suyo y
dijo que mi caso era...— pensó un momento.—...algo así como en defensa propia,
por eso podría tomar los juicios fuera de prisión.
La confusión nublo mi mente por completo.
— ¿Hermano que pasa?— Ayse pregunto a mi
lado.
—Un segundo cariño.
— Papá, el abogado de la señora Jadar es
muy bueno en sus casos, si esto es cierto ya hubieras salido de aquí. ¿Estás
seguro?— me miró.
— No lo sé cariño, pero podrías hablar
con ese abogado, su número está archivado en su caso.
— Está bien papá, si existe esa
posibilidad quédate tranquilo, hablaremos para que te saquen de aquí.— El
asintió.
— Tengo que irme, los veré muy pronto
hijos míos.
— ¡Papá lo solucionaremos! Estarás bien.
— Te amamos papá.— Ayse grito a lo que yo
lo acompañe antes de que desapareciera acompañado de los guardias.
Ayse suspiro cuando salimos de la
prisión.
— Si está bien abogado, muchas gracias.
Mire el celular en mis manos.
— ¿Que pasa hermano?— pregunto.
— Espera un momento cariño.— busque entre
los números el de el abogado Sulem.
— Bueno ¿abogado? Habla con Eve Demirel,
escucheme estuve hablando con un abogado que me explico el caso de mi padre y
dijo que el pudo salir en el primer juicio.
— Disculpe pero ese tema solo se trata
con la señora Jadar.
— ¿Entonces mi padre si pudo salir
antes?— Ayse me miró con asombro.
— No puedo decirle mucho al respecto.
— ¡Señor Sulem es mi padre el que está
preso no la señora Jadar!— el hombre se disculpo del otro lado antes de
colgarme.
Tome el celular con enojo entre mis
manos.
— ¿entonces es verdad?— ella tomó mi
brazo con ilusión.
— Al parecer es asi.
Las lágrimas volvieron a llenar mis ojos.
— Hicimos mal en confiar en la señora
Jadar Ayse ella nos engaño....
— Porque dejaría a mi papá en la carcel
después de habernos ayudado, incluso pago mi tratamiento.— tome su mano.
— Nadie puede saberlo aún, pero sería
perdida de tiempo preguntarle.
— ¿Entonces que vamos a hacer hermano?—
ajuste mi abrigo sobre mi cuerpo frío.
— No tengo idea.— mire mi celular una vez
mas.
— ¿Que tal si llamamos al señor Hazad?
Quizás el pueda ayudarnos.— me lo arrebato de las manos, aunque trate de
detenerle.
Sus ojos se iluminaron un momento.
— ¿Señor Hazad? Si, habla con Ayse.—
sonrío de lado a lado.
— Está bien, Disculpe la molestia.
Sus ojos volvieron a perderlo.
— Dijo que estaba un poco ocupado.
Me devolvió el aparato.
— Está bien sacaremos a papá de allí te
lo prometo. — Besé su cabeza. — después de salir de esa casa...
Susurré sobre su cabello mirando a la
nada.
°Capitulo 33°
— ¿Porque no hablas tu está vez con el
señor Hazad?— Ayse dijo mientras tomaba su maleta.
— El debe estar muy ocupado para
molestarle con nosotros dos cielo, además ya no confío en nadie de esta casa...
Salí de la habitación mirandola una
última vez.
Salimos por la parte trasera de la
mansión sin ser vistos, hasta la carretera donde esperamos un auto que nos
llevará.
— ¿A dónde iremos?— sus ojos asustados me
observaron.
— No te preocupes por eso, estaremos bien
si estamos juntos. Ahora mismo debemos ser más valientes que nunca, Necesito
que lo seas ¿Está bien cariño?.— asíntio.
La recosté a mi lado una vez el auto se
alejo de la mansión perdiendola de vista.
Seguí a Andre sin decir palabra hasta la
sala de estar para la hora de la comida familiar.
Todos estaban reunidos al parecer
esperándonos, la cara llena de felicidad de mi madre me puso en alerta.
— Bueno ahora, que ya estamos todos
reunidos, tengo gratas noticias.— mi madre se levantó.
— Mamá por favor habla pronto tengo que
volver a la oficina.— me hizo callar.
—¿Que paso está vez? — padre a mi costado
hablo primero.
— Estamos muriendo de la curiosidad.— tía
Bahar sonreía de lado a lado.
Algo extraño estaba pasando.
— Está mañana me llamo la doctora, de
hecho Andre es quien debería haberles dicho pero es tanta mi emoción, que debía
decirlo......
Andre estaba tenso a mi otro costado.
— Nuestro nieto... ¡Es un varón!
Los segundos de silencio fueron
interrumpidos por las felicitaciones que se precipitaron sobre nosotros.
— Lo único que faltaba..— Andre hablo por
lo bajo.
— Felicidades Andre.— su rostro se
transformo en una agradable sonrisa pero no dijo nada más.
— Gracias al cielo, gracias por esta
bendición.— padre estaba rebosante de alegría mientras un nudo crecía en mi
estómago.
— ¿Que piensas Hazad? — mi madre pregunto
con sus ojos llenos de lágrimas.
La pregunta me tomo por sorpresa unos
segundos.
Tome la mano de Andre.— Sea un niño, o
una niña es nuestro hijo.
La mirada de Andre era indecifrable,
estaba muy claro que aunque intentaramos sonreírnos mutuamente, esas sonrisas
ya no sé sentirían verdaderas.
Su mano se alejo.
— Ven hijo, levántate.— Andre hizo caso y
se levantó hasta estar frente a mi padre.
— No se cómo agradecertelo, tu ya sabes
lo importante que este niño para nosotros... Gracias a ti el apellido de la
familia Jadar prevalecera por siempre...
Tomo sus manos.
— Ahora puedo morir en paz...
— Por favor no diga eso suegro.— Andre
intervino.
— todas las noches.. le pedí a Dios que
mi nieto fuera un varón, es la mejor noticia que pude recibir.. ven querido.
Ante ese abrazo cerré los ojos intentando
sentir algo diferente a la culpa.
— Ahora... Está creciendo mi hermoso
nieto, nuestro heredero y este niño...— padre lloro.— lleva la sangre de mi
Hazad.
Sentí una punzada de dolor en mi corazón.
— No llore suegro.— Andre le sonrió
amable.
— Tu llevas aquí a mi nieto.— su mano
sobre el vientre de Andre.— todavía no puedo verlo..pero el día llegará y podré
cargarlo... Los días pasarán rápido pediré por ello.
— Así será querido. Pronto tendremos a
nuestro nieto corriendo por aqui.— quería impedir que mi madre siguiera
hablando de alguna manera.
— Tu querido hijo, puedes pedirme lo que
quieras de ahora en adelante, lo que sea .. aunque esté en el fin del mundo yo
lo conseguiré y lo traeré para ti.
Los sollozos de Andre eran apenas
audibles ante las miradas enternecidas.
— Cumpliré mi promesa y ayudaré a los
necesitados.— papá asintio a mi madre y contesto.
— Cuéntale a nuestros familiares.
Ellos volvieron a sus asientos.
— Escúchame querido yerno, ¿Ya pensaron
en como se llamará?— el no supo que responder así que yo lo hice.
— Aún es muy pronto papá, no lo hemos
decidido.
Me miró un momento.
— Ustedes dos no podrían haberme hecho
más feliz. Me alegraron mucho. Desde ahora no pueden pelear entre ustedes ¿Está
bien? ¿Me escuchaste Hazad? Nuestro querido Andre lleva el futuro de nuestra
familia en su vientre.— pauso.— Si lo haces sufrir a quien deberás responder será
a mi.
Ofrecí disculpas antes de levantarme.
— Tengo que volver al trabajo.
Subí escaleras arriba en busca de Eve.
— Eve.— toque dos veces a su puerta. Está
nunca se abrió.
Mire en todos lados hasta notar una nota
sobre la mesa.
Señor Hazad
Estoy cansado de las mentiras en esta casa,
todos nos han engañado.
Me voy de aquí, Ayse viene conmigo no se
preocupe por nosotros ya no puedo con esto.
Gracias por su amabilidad.
Apreté el papel en mis manos y salí al
pasillo donde hablaban mi madre y Andre.
— Eve se fue.
— ¿Que estás diciendo hijo?
— solo dejo está nota— se la entregué y
salí en su búsqueda pasando primero por el estacionamiento.
Un sentimiento de preocupación me invadió
por completo.
— Digame, ¿usted vio salir a Eve?— el
guardia volteó a verme.
— Si señor salió temprano. Estaba con su
hermana.
— ¿Porque los dejaron ir sin decir nada?
— Dijo que usted lo sabía y qué volvería
pronto.
Maldije internamente antes de volver
sobre mis pasos, quizás en su habitación encontraría una prueba que me pueda
hacer saber a dónde fueron.
Unos murmullos que provenían de su
habitación se hicieron más claros a medida que avanzaba.
— Todo es tu culpa Andre, ¿Que vamos a
hacer ahora? Tienes alguna idea.
— ¿A que le teme? ¿A que todos se enteren
de sus mentiras?— Andre Vaciló.
— Cuida tus palabras, recuerda que tu
también estás implicado en esto. Tan solo imagina lo que pasaría si ese chico
llega a descubrir que ese bebé es su hijo.
¿Que diablos?
Abrí la puerta de un solo golpe.
°Capitulo 34°
— ¡Me van a decir de que estaban hablando
hace un momento!— sus rostros asombrados hablaban por ellos.
— Todo lo planeo tu madre.
Andre hablo primero.
Ella me miró aterrorizada.
— Explícate ahora.— Amenacé hacía Andre.
— No tengo nada que decirte Hazad, si
quieres explicaciones pidecelas a tu madre.
— Por favor no griten tan fuerte, nos
escucharán todos en casa.— madre estaba al borde del llanto.
— ¡No me voy a mover de aquí hasta que me
digan que estuvieron ocultando!— sentencie enseguida.
— Tu... Querías un niño y no había otra opción...está
era la última oportunidad.
— ¿Estás de broma mamá? ¡Yo no quería ser
padre de otra persona que no fuera Andre!— lágrimas cayeron de sus ojos.
— El doctor dijo que era imposible que
Andre fuera el padre.
— ¡¿Entonces porque no nos dijiste?!— pregunté.
— no pude hacerlo... Luchamos tanto y ya
te habíamos convencido. No quería que todo fuera en vano... Le pedí al doctor
que hiciera el procedimiento con los óvulos de Eve.
Negué rápidamente.
—¡¿Quien te da el derecho de tomar una
decisión así sin consultarnos nada mamá?! ¡Y tu Andre ¿como pudiste aceptar
algo así?!— su rostro serio se indigno.
— Yo no sabía nada, todo fue obra de tu
madre.
— ¿porque no me dijiste nada cuando lo
supiste?. ¡Te quedaste callado y me mentiste!— se defendió enseguida.
— No me culpes a mi Hazad, yo no tengo la
culpa.
Los mire a los dos de nuevo.
— Los dos me dan vergüenza.— mi madre
sollozo.— Nunca pensé que me avergonzaria de mi propia familia.
— Hijo pero... Todo ya está hecho...
Andre tú tienes que criar a ese bebé nadie puede enterarse de esto.. el bebé es
de ustedes.— mamá rogó a Andre.
— No voy a hacer parte de sus locuras.
Los dos me miraron de nuevo.
— Tu padre. Tu padre no lo sabe Hazad
está tan feliz con su nieto, piensa en lo que podría pasarle si llega a enterarse.—
madre trato de acercarse.
— El padre de ese bebé es Eve. No podemos
ocultarselo.
— Pero entonces.. no querrá entregarlo.
Andre solo se mantenía en silencio.
— No lo puedo creer, hay un bebé
involucrado. ¡¡¡Yo soy el padre y su papá es Eve!!!— se escuchó por toda la
habitacion. — ¿En qué estabas pensando?
— nadie tenía que enterarse, el bebé
sería de ustedes dos.— tomo mi brazo sollozando.
— Suéltame. — me alejé de su lado.— Solo
puedo decirte una cosa mamá.... Esta persona que tengo aquí en frente, está
persona no es mi madre.
Ella bajo la cabeza.— Todo esto lo hice
por ustedes, las personas preguntaban por su hijo no sabía que más hacer, de
todos modos tu eres el padre de este niño.
Andre rio a mi costado.— por supuesto, lo
que no importa en lo más mínimo es quien sea la madre del niño.
— ¿Hace cuánto te enteraste de esto?— el
se cruzó de brazos.
— Hace poco.
— Solo Eve no lo sabe. ¿Porque no me
dijiste nada?— Andre me miró con burla.
— ¿Que habría de decir?— pase frente a
el.
— ¡¿La verdad quizás?! ¡Andre yo tenía
derecho a saberlo todo!— me miró fijamente.
— No me grites Hazad, yo no tengo la
culpa.
— ¿Que hay de el? ¡¿Que culpa tiene Eve?!
¡El pobre está gestando a su bebé y no lo sabe!— Andre me dió la espalda y tomo
un trago sobre la mesa.
— ¿ahora te preocupas por Eve? Hazad yo
soy tu esposo, vas a ser padre con otro Omega. ¿Nos has pensado en lo difícil
que eso es para mi?— sus feromonas empezaron a destilar sentimientos de odio y
dolor.
Guarde silencio un momento.
— Gracias suegra, gracias por haber
arruinado mi matrimonio.
— ¡Ya dejen de hecharme la culpa! ¡Todo
lo he hecho por esta familia, por su matrimonio!— grito entre lágrimas.
— ¡Bravo suegra! No puedo creer que siga
buscando escusas en la familia.
— mucho cuidado con lo que estás diciendo
Andre.
— ¿Que pasa si no lo tengo?— se acercó.
— ¡Ya paren los dos!— la copa de Andre
cayó al suelo.— no quiero verlos ninguno.
Salí dejandoles a un lado.
— ¿Hermano cuánto tiempo nos quedaremos
aquí? ¿Que vamos a hacer?— tome una respiración profunda.
— primero encontraré un empleo, luego
buscaremos un apartamento, se que será difícil pero lo lograremos. Solo ten
paciencia cariño.
— Este lugar no me gusta para nada.. no
me gusta como nos miran esos hombres, busquemos otro lugar.— no dejaba de mirar
las personas continuas a nuestra mesa.
— ¿Cariño a dónde vamos a ir? No existe
otro lugar.
Habíamos encontrado un pequeño lugar de
paso dónde se podía pagar por el tiempo en el que estuvieramos, fue lo menos
costoso que pudimos encontrar y aún así se nos terminarían las Liras pronto,
debía encontrar un trabajo.
El celular sonó sobre la mesa.
— ¡Oh es el señor Hazad, seguro va a
ayudarnos vamos contesta!— está vez no toco el celular.
Lo mire antes de tomarlo.
— Bueno, ¿Señor Hazad?
— Eve, ¿Dónde estás?— ¿estaba en el auto?
—estamos bien no se preocupe.
— Eve, necesito hablar contigo. Dime
dónde están iré por ustedes.
— Yo no estoy seguro de querer que nos
lleve.— Ayse se deprimió.
—Dime que está pasando Eve.
— ¡Ya no le creo a ninguno de ustedes!
¡Todos nos han engañado! — el me detuvo.
— Leí tu nota pero no la comprendí, dime
por favor.
— Mi papá, podia haber esperado su juicio
en libertad pero ustedes no lo quieren afuera.
— No es posible, se ha hecho todo lo
posible por ayudar a tu padre.— tome el abrigo en mis manos.
— Ya lo supe todo, ya dejen de actuar,
hablé con un verdadero abogado y el me explico todo, no es necesario que me
mientan más.
Suspiro.— Yo sabía que había pasado algo
como eso, pero escúchame, haré lo que sea para ayudarte.
— Yo ya no puedo confiar en ustedes.
— Solo dime dónde están, vamos a hablar
cara a cara por favor.
— No se moleste, nosotros podemos
cuidarnos solos.— alejé el celular cortando la llamada.
Una mirada de confusión me recibió.
— ¿porque le hablaste a el señor Hazad?.
— ¿Que querías que le dijera? ¿Por favor
ayúdenos venga a rescatarnos?— cerré los ojos un momento.
— quizás el no sabía sobre nuestro padre.
— Escucha Ayse, de ahora en adelante no
necesitamos la ayuda de nadie, nosotros podemos cuidarnos solos. Es hora de ser
valientes y enfrentar nuestra vida. Encontraremos la manera, confía en mí.
°Capitulo 35°
— Hermano.
Sentí unas manos sobre mi cuerpo.
—¿Que sucede Ayse? —me levanté en su
búsqueda.
— Un par de personas están discutiendo en
la puerta, esto no me gusta.
Me acerque a ella y me quedé a su lado.
Las personas gritaban del otro lado en un
forcejeó.
— ¡Alguien saque a estás personas de
aquí!— se escuchó del otro lado y los ruidos cesaron.
— Está bien cielo, ya pasó.
Ella se aferró a mi.
— Tengo miedo de que nos pase algo.
— Esta bien Ayse, cálmate. No podemos
irnos en medio la noche. Estaremos fuera de aquí mañana en la mañana te lo
prometo.
Se acercó más y la abracé entre mis
brazos.
— No quiero que te angusties más, quizás
podemos ir a la costa ¿Recuerdas que nunca la pudimos conocer?— nos recostamos
sobre mi cama.
Ella aún estaba asustada así que no
respondió nada.
— Todo estará bien en la mañana.
Besé sobre su cabello sintiendo como mis
ojos estaban pesados por el sueño.
La mano de Ayse estaba sobre mi vientre y
de pronto un sentimiento de remordimiento me invadió, ella aún no sabía nada
sobre este bebé por eso no entendía está situación y le parecía extraño todo lo
que estaba pasando.
Dos golpes en la puerta me hicieron
mantenerme alerta.
Deje a Ayse recostada un momento y tome
lo más cercano que encontré, el jarrón de nuestra habitación ahora estaba entre
mis manos.
Con cuidado camine hasta abrir la puerta
lentamente.
— ¿Señor Hazad que está haciendo aquí?—
el jarrón resbaló de mis manos y termino en el suelo.
Mis manos se fueron a mi pecho, el estaba
reclinado contra el marco de la puerta mirándome sin decir nada.
Sentí alguien pasando a mi lado hasta que
ví a Ayse pegarse a su cuerpo.
— Señor Hazad muchas gracias por venir.—
le abrazó.
— ¿Que hiciste Ayse?— la regañe pero ella
solo bajo la mirada.
— Ella no hizo nada malo Eve, me habló
porque estaba asustada. Este no es un buen lugar para los dos.
— Estamos bien, le dijimos que podemos
cuidarnos solos.
Otros pasos llegaron tras el cuerpo del
señor Hazad.
— ¿Están todos bien?— el joven Kemal
llegó a nuestro lado.
— Lo lamento mucho joven Kemal.— el
sonrío.
— Está bien ángel, nos alegra que estén
bien.— abrazo a Ayse que corrió al verlo.
Me agaché buscando de recoger los pedazos
de jarrón, esto seguramente costaría un extra.
Sentí la presencia del señor Hazad
ayudándome en el proceso.
¿Que pretende?
Acaso no había sido lo suficiente claro,
incluso el joven Kemal había venido. ¿Que debía decir ahora?
El dolor en mi dedo me saco de mis
pensamientos.
— Ven deja eso. — el señor Hazad me ayudó
a ponerme de pie y tomo mi mano entre las suyas.
— Estoy bien señor Hazad. — dije firme
mirandolo a los ojos.
El hizo lo mismo y así estuvimos un par de segundos.
— ¿paso algo?— el joven Kemal nos miro a
ambos.
El señor Hazad volvió la vista a mi.
— Eve... Ayúdame por favor, tienes que
creerme. Te lo prometí, haré todo lo que este a mi alcance. Por favor.
Lo pensé un momento.
— No volveré a su casa....
— Si está bien no lo harás.
— ¿Entonces que haré?— pregunté.
— Tengo un muy buen amigo, pueden
quedarse un tiempo. ¿Estás de acuerdo?— guarde silencio, pero el ya sabía la
respuesta.
— Kemal, tu encárgate del jarrón y lo que
tenga que hacerse aquí, yo los llevaré.
El joven Kemal asíntio y desaparecio en
poco tiempo.
Aún no había sacado nada de las maletas
por lo que no fue difícil salir rápido de aquel lugar.
Aún algo en mi se sentía inconforme, por
permitirme confiar en alguien parte de esa la familia, pero parte de mi sabía
que estaríamos bien, al menos por esta noche y eso me tranquilizaba lo
suficiente.
— Bienvenidos, quiero que se sientan como
en casa por favor.— el amigo del señor Hazad nos alentó.
— les mostraré su habitación, deben estar
cansados, ¿Gustan algo de tomar?— Ayse y yo negamos apenados, parecía ser una amable
persona.
— Nos vemos señor Hazad.
Ayse hablo y el le sonrió de vuelta
mirándome una vez mas antes de salir.
— Parecemos aves migratorias.. vamos de
un lado a otro.— susurre luego de que señor Sihan se fuera.
— No importa, me pareció muy buena persona
el señor Sihan.
— El señor Hazad dijo que es un amigo muy
cercano, estamos en un lugar seguro.— tome su abrigó.
— Al menos no hay peleas en nuestra
puerta, no hay hombres mirandonos raros todo el tiempo y queriendo soltar sus
feromonas, que bueno que llame a Kemal ¿cierto hermano? El llamo al señor Hazad
y nos trajo a esta casa.
Rei por su comentario.— tranquila, ahora
estamos a salvó.
— ¿Hermano algo te pasa? Desde que
llegamos aquí no le dijiste nada al señor Hazad, ¿Sigues enojado con el?— se
removió en su cama.
Trate de sonreír demostrando que no tenía
razón
— no es así cariño, tu solo descansa
debes estar exhausta.— asintió.
Pase mi mano por su cabello un par de
veces hasta que sus ojos no volvieron a abrirse más y me levanté caminando
hasta la ventana.
Este invierno pronto terminaría, ¿pero
que pasaría una vez llegará la primavera? ¿Seríamos capaces de volver a creer?
Sin evitarlo mis manos pasaron a mi vientre.
¿Que pasaría una vez ya no pudiera
ocultarlo del mundo? Mis pensamientos eran como una marea constante que no
sabía cuándo parar.
Había aprendido a sentirle.
Un sentimiento volátil cruzó entre el
frío de los vientos hasta mis ojos nublados.
¿Podré ser capaz de dejarlo ir?.
°Capitulo 36°
— Aunque te dije muchas veces tú sigues
cometiendo errores Andre.— sonreí ante sus palabras.
— Ahora incluso el personal de servicio
te ha visto tomando. ¿Quieres que se enteren que no estás en embarazó?— la mire
fijamente.
— ¡No me importa! ¡Que todos se enteren!
— reí.
— Hablaremos de esto cuando mi hijo
regrese.
Deje el vaso a un lado.
— Debí decirle la verdad cuando lo supe,
que el padre de ese bebé es Eve y no yo.
Su rostro era serenó.
— ¿Sabes lo que veo Andre? Veo a una
persona, un omega infértil tan cruel que no soporto la idea de que otro no lo sea
y a la primera oportunidad le provoca un aborto para mantener.. a su esposo.—
demandó.
— ¿Y usted sabe lo que veo cada vez que
la miro? Una arpía despiadada, una mujer que se atreve a hacer lo que sea con
tal de que el apellido familiar no se vea involucrado. ¿Entonces aquí quien es
más cruel? Le recuerdo que todo este juego comenzó gracias a lo que hizo usted.
— Al menos yo nunca he intentado matar a
ningún bebé, pero tu intentaste matar a un indefenso que ni siquiera ha nacido.
— ¡Salga de la habitación! ¡Largo!— grite
entre lágrimas que amenazaban con caer.
—Si tuvieras un poco de instinto
maternal, no harías estás atrocidades, con razón Dios te castigo asi.
Salió sin dejarme tiempo a responderle
por más de que quería hacerlo.
Tome el vaso y lo tire contra la puerta
antes de dejarme caer en el piso.
Mire el celular una vez mas esperando la
llamada que no llegaría, no lo había hecho en días. No había vuelto tampoco,
mientras deseaba que sus brazos estuvieran a mi alrededor y me dijera que todo
estaba bien.
Lo tome buscando el contacto que había
olvidado.
— ¿Señor Sihan?..... Disculpe molestarle
pero, se encuentra Hazad con usted. No contesta mis llamadas y ¿pensé que usted
sabía algo?...... Está con usted, muchas gracias.
Me levanté y tome mi abrigo.
—¡Por favor Hazad, no tengo que decir de
ellos dos! ¡No me dejan acercar a las cocina! Pero son exelentes en ella. Soy
muy agradecido con personas tan amables en esta casa.
Sonreímos por las palabras del señor
Sihan, en los últimos días habíamos estado en su casa, el es muy buena persona
y nos ha tratado como en casa.
Me gustaría hacer más por ayudarle pero
no me deja hacer mucho, probablemente tambien sabe de mi estado y no quiere que
me esfuerce demasiado.
El bebé también había crecido un poco más
no siendo lo suficiente notable como para que no pueda ocultarlo con la ropa y
Ayse se entere de ello.
— Yo realmente quería hablar con Eve.
Los demás asintieron y se retiraron.
— Vamos a traer los platos.
Me senté esperando las palabras del señor
Hazad cuando el tomó asiento al frente.
— Mantuviste tu promesa.
Lo observé algo confuso.
— Prometiste cocinar la próxima vez.
Enseguida recordé la noche en la que el
me ayudó a cocinar, aunque el hizo casi todo.
Sonreí, pero recordé sus palabras.
—¿Paso algo señor Hazad?— se quedó en
silencio un momento.
— Ayer olvide decirte que despedí al
abogado que estaba atendiendo el caso de tu padre, no te preocupes saldrá muy
pronto de ese lugar.
— Gracias.— le agradecí.
—Tambien... Hay una cosa mas.... El
bebé...
Me preocupe de inmediato.— ¿le pasó algo
al bebé?
Tome mi mano sobre la mesa y suspiro.
— El bebé es un varón.
Una alegría inmensa lleno mi cuerpo.
— ¿En serio? Que alegría señor Hazard, es
una gran noticia.— toque mi vientre con emoción.
Sus ojos se iluminaron.
— gracias por decirmelo señor Hazad,
muchas felicidades. Estoy muy feliz.— me levanté.— iré a ayudar en la cocina.
Camine un paso.— ugh
— ¿Que sucede?— se levantó preocupado.
— No se preocupe estoy bien, solo que se
está moviendo.— de nuevo volvió a sonrisa a mis labios y no dude en tomar su
mano colocándola en mi estómago apoyando mi mano en la suya.— ¿puede sentirlo?
Hay estaba de nuevo esa sonrisa. Sus
feromonas llenaron mi vientre en señal de asentimiento.
— ¿Hazad que?— ¿esto es una especie de
deja vu? Pensé cuando el señor Andre nos miro a los dos.
¿Porque siempre aparecía en cualquier
momento?
—Vaya, también encontraste a Eve.
Ayse y el señor Sihan llegaron a nuestro
alrededor.
— ¿Una familia feliz no es así? — me
alejé de su tono brusco.
— ¿pensabas cocinarle? ¿Te crees su
esposo?— grito.
— Andre comportate.
— Te estuve llamando por días y nada ¿Que
estabas haciendo aquí? Que vergüenza más grande.
— Controlate, por favor.— el señor Hazad
trato de tomar su brazo. — Nos vamos de aqui.
— ¡Suéltame no me toques!
— Tu no estás entendiendo.— el señor
Sihan intervino.
— Lo entendí perfectamente. Ya ví lo que
es. No quiero molestar a nadie. Ya me voy. — salió con el señor Hazad tras de
él.
— Hermano que pasa.— Ayse se acercó.
— No es nada Ayse, el señor Andre estaba
un poco enojado nada más, solo un malentendido.— el señor Sihan le respondió.
— ¡André espera un momento!— grite pero
no parecía escucharme.— ¿Que estás haciendo?— se detuvo frente al auto.
— Ya lo ví todo, no necesito explicación.
— De nuevo estás malinterpretando todo,
no hay nada entre nosotros.
— Estaban tan felices juntos... —
sollozó.— ustedes tienen algo no tengo ninguna duda.
— Andre ya es suficiente.— respondí
cansado de la misma situación.
— Lo mismo digo.— se limpio sus lágrimas.
— Este es el final del camino Hazad.
— ¿Que estás diciendo?
Suspiró.— Quiero que nos divorciemos.
Le mire esperando que dijera algo más.
— Es enserio, ya no puedo más con esto.—
ahora todo estaba dicho.
— Muy bien, si eso es lo que quieres
divorciemonos.
Su mirada no podía creerlo, pero miró al
suelo antes de subir al auto.
Tantos años de matrimonio... Pero esto era demasiado... Nos sobrepasaba.
°Capitulo 37°
"Hay un bebé aquí...¡Yo soy padre y Eve
también!"
"Hazad claro que quisiera darte un bebe, pero
no puedo... Aunque quisiera soy un omega a medias te lo estoy rogando.. quiero
ser papá"
"Simplemente lo que Dios nos tiene
preparado, algo que debes de entender es que.... Nada es casualidad."
"Vamos a tener un hijo, tú serás su padre
querido" sonreí abrazando a Hazad con fuerza.
Apreté mis manos sobre el volante
recordando esos momentos que dolían en el fondo de mi alma, mientras lloraba.
"¡Deberías pensar en lo que siente
el!"
"Si me hubiera enterado de la verdad nada
de esto estaría pasando"
Mis propias palabras.
"Señor Andre lo siento mucho pero usted no
puede tener hijos"
Sus palabras.
"Todo lo que desea no se cumplirá, el bebé
no nacerá... Lo prometo."
"Si eso es lo que quieres....
Divorciemonos"
Solloce una vez mas en el silencio.
— ¡Ayse date prisa o llegaremos tarde!—
grite hacia arriba esperando que bajará.
Mi celular comenzó a sonar.
— Bueno ¿señor Hazad?
— Eve ¿Cómo estás?— suspiré.
—¿Cómo cree? Algo nervioso.
— Lamento mucho lo que pasó hoy.— se
disculpó.
— Señor Hazad, el señor Andre tiene una
idea equivocada de mi, por favor quiero que termine. No merezco nada de esto.
— eso no volverá a pasar. No te
preocupes, ahora mismo tenemos que hablar.— lo interrumpí.
— No puedo, vamos a ver a papá a la
prisión.
— Yo puedo llevarlos.
— No es necesario, no se moleste gracias.
Nosotros podemos ir solos.
— Bueno, como quieras. Pero llámame si
necesitan algo.— Asentí aunque el no pudiera verme.
—muchas gracias.
Ayse bajo y enseguida partimos, me sentía
inestable de alguna manera.
Pero sabía que ver a papá lo arreglaría, siempre lo hacía.
— ¿Cómo que está enfermo? — las lágrimas
se precipitaron pero no entendía nada.
—¿Que le paso a papá?— los dos estábamos
desesperados.
— Señor por favor es nuestro padre,
¡Tiene que decirnos la verdad! No nos oculte nada se lo ruego.— replique a
través del cristal.
— Es mi papá, por favor. ¿Dónde está?—
trate de pasar pero la puerta se abrió.
— ¿Que es este escándalo? — otro guardia
salió.
— ¿Porque mi papá no está aquí? — era el
guardia del otro día.
— Ustedes son los del otro día ¿Verdad?
Su padre está en reposó, el fue herido con un arma.
El alma abandonó mi cuerpo y tuve que
sostenerme de un costado para no caer.
—¿Como pudo? ¿Porque...?— susurre.
— No lo sabemos, estamos investigando.
—¡Cómo que se está investigando! ¡Que
quiere decir eso! ¡Tengo que verlo!— este me detuvo.
— ¡Le digo que veremos a mi padre!— le
hice a un lado con todas mis fuerzas y pase en su búsqueda.
Enseguida pude ver la habítacion de
enfermería.
— Papá...— sus ojos brillaron cuando me
vió y me apure a tomar su mano.
— Mi eve.— hablo despacio.
Ayse llegó a mi lado.—¿Que te paso?
— Nada no se preocupen por mi.
— pero ¿como te paso esto?
— Eso no importa, fue un accidente me caí
en una escalera.
Negue— no nos mientas.
— Ya se acabó el tiempo, tienen que
irse.— el guardia golpeó la puerta.
— ¿Encontraran a quien lo hizo?
— La investigación está en proceso.
El enojo se apoderó de mi cuerpo.
— ¡En cuantos meses más! ¡Necesito hablar
con el alcalde! Yo lo solucionare papá, no te preocupes.— el me miró con
preocupación.
Salí de ahí con los gritos detrás de mi.
—¡Señor Alcalde!— grite —¡Abra la puerta
señor alcalde! — golpeé con todas mis fuerzas.
Un brazo me tomo.— ¡se meterá en
problemas!
Me solté.— ¡Déjeme! ¡Mi padre fue herido
aquí y quiero explicaciones ahora mismo! ¡Dígame dónde está el alcalde!
— Suficiente, serán expulsados.
— ¡Déjeme yo conozco la salida!— tome la
mano de Ayse con brusquedad caminando hacia ella.
— Hermano.
— Esto es culpa de la señora Jadar...—
ella me miró de nuevo.
— Vámonos.
No regresaría a esa casa, definitivamente
no lo haría, la señora Jadar era la culpable de que mi padre tenga que pasar
por tanto en ese lugar, cuando ya debería estar a nuestro lado.
A lo lejos ví la figura del señor Andre
trate de ignorarle y pasar por su lado, agradecí pedirle a Ayse que me esperara
en otro lugar.
— Eve. ¿Que estás haciendo aqui?— me
detuvo.
—Eso pregúntele a la señora Jadar.— trate
de de continuar.
— Espera. Tu y yo tenemos que hablar.
Sus ojos eran fríos.
— Te dije que te mantuvieras lejos de
Hazad. ¿No escuchaste?
— Escuché señor Andre. Yo no estoy en
condiciones de discutir, usted fue quien malinterpreto todo. ¿Acaso no se lo
explico su esposo?
Sonrío de lado.— Yo creo en lo que ví y
puedo ver lo que tus ojos me dicen.
—¿Que dicen mis ojos?
— Que eres un cualquiera que solo usa el
bebé cómo excusa para quitarme a mi esposo.
Trate de mantener la calma.— Señor Andre
estoy arto de su actitud conmigo. ¡Esto ya se acabó! ¡No tiene el derecho de
tratarme así!
— Veo que sacaste la voz, ¿De dónde
sacaste esa confianza?.
— Si me habla así, espere su respuesta.
— Hazad te dió esa confianza, ahora
cuentas con el...— suspiré.
— Yo no cuento con nadie. ¡Deje de buscar
excusas para sus problemas! Yo no tengo la culpa de que sea tan infeliz.
— ¿Que estás diciendo?
— Si se mira al espejo, encontrará sus
respuestas. Deje de culparme por todo. La respuesta está en usted.
Su expresión se llenó de odio en
segundos.
— ¡Eres un insolente!— su mano se levantó
en el aire pero la tomé antes de que pudiera si quiera tocarme.
—¡Ya basta! ¡No volverá a levantarme la
mano!— hablé fuerte mirándole directamente y haciendo presión en su muñeca.
Este me miró con un destello de cobardía
pasando por su rostro antes de quitarme su brazo.
— ¡Andre! ¿Que estás haciendo? No hagas
una locura.— la señor a Jadar llegó a nuestro lado.
— No quiero volver a verte en esta casa.
— ¿Que estás diciendo? — le hablo.
— ¡No se preocupe, no volvera a verme!—
volví sobre mis pasos en busca de Ayse para irnos de este lugar.
No tenía intención de volver a pasar por
algo así, pero si algo estaba seguro era que no podía dejar que el señor Andre
me manejara a su antojo, ya no.
°Capitulo 38°
— Nunca imagine que ustedes terminarían
asi, en esta situación.— Sihan hablo.— Ustedes siempre fueron un modelo de
pareja.. siempre los usaba de ejemplo del verdadero amor.
Suspiré.
— Yo tampoco puedo creerlo, puedes
llamarlo destino, llámalo la vida o como sea.
— No puede ser en serio, lo que se
dijieron fue el enojo del momento porque vio a Eve en la casa, imagino otra
cosa ¿Tu le dijiste que lo había malinterpretado?
— Por supuesto que lo hice, pero el no
quizo escucharme.. todo esto.. a cambiado mucho a Andre. Culpa a Eve de todo lo
que pasa, a mi no me escucha. El ve solo lo que quiere ver no le importa nada
más.
El me miró con preocupación.
—¿Sabes cuál es el problema? No confía en
mi.
— ¿Acaso tú confías en el? Tu me dijiste
el otro día que Andre te había mentido con lo del bebé incluso me dijiste; no
puedo confiar en mi esposo.
— Si no hubiera entrado por casualidad
nunca lo hubiera sabido, ¿entonces como puedo confiar en el Sihan?— bebió de su
té.
— Hermano, la confianza es como un papel,
una vez doblada ya no vuelve a quedar igual. Me siento culpable por haberle
dicho a dónde estabas, pero se escuchaba tan preocupado por teléfono que tenía
que decirle algo.
Negué — esto no es tu culpa Sihan, nadie
tiene la culpa, es el quien hizo un escándalo.
— ¿Como podrán arreglar las cosas ahora?
Me preocupa mucho.— pregunto.
— No lo sé.... No me presiones estoy
confundido. Incluso aún más con el asunto del bebé.
— ¿Que piensas decirle a Eve? ¿Vas a
decirle que es el su madre?— mire hacía el suelo.
— Si le digo temo que será más difícil
para el cuando todo esto termine, pero también merece saberlo.
—¿Y entonces?
— Ya debe haber llegado a casa.— me
levanté tomando mi abrigo.
— ¡Hazad!— me habló desde atrás.— Cuando
te encuentres una espina sonreí, no llores hermano... Porque sobre esa espina
habrá una hermosa rosa para ti... Mi hermana decía eso.
Sonreí antes de salir.
— ¡Eve! ¿Podemos hablar un momento? — me
gire a la camioneta de la que salió el señor Hazad.
Ayse sonrío al verle.
— Ve a dentro cariño, yo iré en un
momento.— Susurre a Ayse en su oído.
— Está bien.— Siguió después de abrir la
puerta.
Un suspiro salió de mis labios cuando
baje el escalón y subí a la otra parte de su coche.
— ¿Pudiste ver a tu padre?— comenzó el.
— Mi padre fue herido señor Hazad.— fue
lo único que salió de mis labios fríos.
— Si supe, el abogado me lo dijo todo,
estamos haciendo lo que corresponde y pronto podrá salir en libertad. También
encontraremos al culpable.
Trate de sonreír.
— Eve.— Pauso.— Quiero... disculparme en
nombre de Andre. Se que no arregla las cosas pero es lo menos que puedo hacer.
— Después que salimos, fui a su casa para
hablar con la señora Jadar.
— Fue algo desagradable....
— No solo eso, el señor Andre estaba ahí,
me culpo de las cosas más ridiculas.... No pude contenerme más... Tuve que
responderle y no de la mejor manera.— su mirada era fija.
— Te hemos causado problemas.... Estoy
conciente de eso.
Su mirada pérdida.
— Tal vez yo le he dado muchos
problemas... El señor Andre tiene un tema personal conmigo... Lo lamento si he
hecho algo.. aunque sea sin intención, para dañar su matrimonio.
Fijo su mirada al frente.
— Por supuesto que no es así. Tu no tienes
la culpa...
Ya no sabía que pensar.— ¿entonces porque
el señor Andre me odia tanto?Ha visto como me trata. Al principio era tan
amistoso... Estaba interesado por el bebe, pero ahora ni siquiera se preocupa
de el, este bebé es muy importante para usted y lo sé señor Hazad.— hablé
cansado.— Solo me gustaría saber porque ese cambio tan brusco de actitud.
Se perdió en sus pensamientos un momento,
fue claro.
— Eve...
—Digame.— espere.— ¿quiere decirme algo?
Suspiro.— no nada.
Me recliné en el asiento.
— Señor Hazad.— susurre con temor.— usted
no irá... no importa lo que piense.. o decida el señor Andre... ¿Usted quiere a
este bebé no es así?— ya lo sabía pero necesitaba oírlo una vez mas.
— Por supuesto que sí Eve.
La calma volvió a mi.
— Con eso basta... Confío en usted.— lo
mire esperando que dijera algo más.— Buen día.— salí del auto nuevamente
viéndolo unos minutos más hasta que desaparecio del todo y volví a casa.
—¿Estás hablando enserio?— la expresión
de Izma era de asombro completo.
— Así es... Llegamos al final del
camino... El divorcio.— Sonreí con toda la tristeza de mi corazón.
— Pero... ¿Tu en realidad no quieres eso
o si?
—Claro que no lo quiero Izma, pero estaba
tan enojado que sin pensarlo lo dije, el seguramente estaba esperando que yo
tomara la decisión, acepto de inmediato.
Ella se acercó.— no esperabas que lo
aceptará, pensaste que no estaría de acuerdo.
Tanta razón, mi pecho se encogió.
— Es exactamente lo que pensé. No creí
que hechara a la basura nuestro matrimonio. Pero el ni siquiera tuvo dudas.—
ella tomó mi mano.
— Quizás solo lo dijo porque estaba
enojado Andre, pueden volver y discutirlo mejor. Me cuesta creer que el señor
Hazad te deje ir tan fácilmente.
La mire directamente.
— No lo sé Izma.. nunca aciertas con
estas cosas. Ni siquiera sé si Hazad es el mismo hombre con el que me case.—
Ella apretó su agarre.
— ¿Entonces dices que cambio por ese
chico?— hablo.
— Es lógico que es asi, nuestros años de
matrimonio fueron perfectos hasta que el llegó.
— Pero ese chico es muy buena persona.
Arqueé una ceja.
—¿Ahora estás de su lado? ¿También te
compro con su cara inocente?
— No estoy de su lado, es solo que no
hace falta verle para saber que el también es víctima de esta situación.— dejo
su té a un lado.— Solo espero que puedas recuperar a Hazad.
— Yo también.— mire hacía la nada.
°Capitulo 39°
— ¿Claro está bien?... Adiós.. — el señor
Sihan corto su llamada.
Por su expresión supe que no era nada
bueno.
— ¿Recibió malas noticias?— pregunté.
—Oh no.. solo uno de los cocineros dejo
el trabajo. Tengo un cliente muy importante pero tuve que decirle que no podía
atenderlo porque no hay quien cociné.
Mire a Ayse que me miraba de la misma
forma.
— Nosotros podríamos ayudarle.— se negó
enseguida.
— Por supuesto que no.
— Le estoy hablando enserio, no hay nada
que no podamos cocinar o no podamos hacer.
— No me sentiria bien, son mis invitados.
Guarde silencio.
— Creo que el señor Sihan no confía en
nosotros hermano.— Ayse intervino.
— No, no se trata de eso, pero un
restaurante es diferente a una casa. No es igual cocinar para tres que cocinar
para muchas personas... Pero gracias.
— Usted nos ayudó cuando más lo
necesitábamos, nos acogió en su casa. Déjenos ayudarle ahora que lo necesita,
no debe subestimarnos.— reímos.
— No se preocupe señor Sihan, si nos deja
ayudarlo, vera que no se arrepentira de hacerlo.
El acepto finalmente, terminamos el
desayuno y acompañamos al señor Sihan a su trabajo.
— Andre buenos días.
— Buen día izma.— salí detrás de ella.
—...¿Supiste algo?
— Aún no he sabido algo, si quiera una
llamada.
— Andre no te desesperes tanto, yo sé que
el señor Hazad te adora. Conozco todo lo que han pasado y su historia completa
yo sé que el te ama...— me alentó.
— El amor de Hazad se está desvaneciendo.
Tome asiento a su lado.
El timbre de la puerta nos saco de
nuestros pensamientos.
—¿Crees que Hazad haya venido?— ella me
miró confusa antes de levantarse.
— es el señor Jadar.
Mi estómago se encogió ante sus palabras
¿Que hacía mi suegro aquí?
Seguí el paso de Izma hasta ver la figura
de mi suegro.
— Bienvenido señor Jadar.— Izma le dejo
pasar.
— Muy buenos días suegro.
El me observó un momento antes de caminar
lentamente.
— Buenos días, ¿tu madre está despierta?—
Asentí a sus palabras.
— Primero iré a hablar con ella. Luego
hablaremos tu y yo.
Subió escaleras arriba sin dejarme decir
algo más.
— Se ven bien trabajando.— el señor Sihan
estaba feliz a nuestro lado, sonreí acabando de limpiar en unos lados.
— Hermano, Viniste más temprano.— levanté
la vista ante la imponente figura del señor Hazad.
— No los encontré, por eso vine hasta
aquí.
— Bienvenido.— sonreí.
— Ellos se ofrecieron a ayudarme, tengo
que decir que los dos son muy buenos en todo lo que hacen.— el rubor subió
rápido por mis mejillas.
— Vaya, deberías contratarles a tiempo
completo entonces. — el señor Hazad sonrío.— ¿Tu no les estás ayudando?
El señor Sihan lo miro con indignación.—
por supuesto que sí, yo estoy haciendo la masa del yogurt. — le mostró el
tazón.
— Solo con ver el color es suficiente....
— Voy a hacerlo de nuevo, yo sé que puedo
hacerlo bien.
— Vamos yo lo haré.— todos miramos al
señor Hazad.
— ¿De verdad? — el se quitó su abrigo.
— Así es, también voy a colaborar. Ahora
dame todo lo que tenias en la despensa.
— Terminaré siendo uno de tus empleados también.—
el señor Sihan solo podía reir mientras los demás lo acompañabamos.
— Vamos querido toma asiento.
Me senté dónde mi suegro indicó.
Aún no entendía que había hablado con mi madre y eso aumentaba mi curiosidad.
—¿Quiere algo señor Jadar? — izma
pregunta a lo que el me me mirá de nuevo.
— Un te estaría bien, si no es molestia.
—enseguida.
Salió mientras yo me acomodaba esperando
sus palabras.
— El matrimonio... Es como un jardín...
Requiere trabajo, entonces.. si lo mantienes regado y con sol. Se pone verde
frondoso y bello.
Tomo una respiración.
— Pero si no dejas entrar luz el jardín
se secara... Quisiera hacerte una pregunta; ¿Tu quieres que tú jardín este
frondoso y bello cierto?
— Por supuesto que sí. Pero no todo
depende de mi.
— Te equivocas... El Omega es quien
protege el nido... Si el Omega quiere y lo desea, el nido puede
sobrevivir...todo el futuro de tu matrimonio y también de tu hogar se basa en
la unión, da un paso al frente y pronto verás que todo volverá a la normalidad.
— ¿Y que quiere que haga yo? — sonrío.
— Quiero que vuelvas a la casa con
nosotros. Regresa a dónde perteneces hijo.
Un sentimiento de tristeza se instalo en
mi corazón, aquel que creía haber desaparecido hace unos momentos volvía a
inundarme con más fuerza que nunca.
— Todo les quedó perfecto.
— Todo es gracias a su ayuda señor Hazad.
Me miró desconcertado.
— Yo no hice casi nada.
Estábamos en la mesa del cuarto con lo
anteriormente preparado.
— Quiero decirles algo. Es importante
porque se trata de ti Ayse.— ella se señalo a si misma.
— ¿De mi?
— Si.. te matricule en la escuela,
empezarás muy pronto.— su expresión era indecifrable antes de emocionarse como
una niña pequeña.
— ¿Eso es verdad? ¿Hermano escuchaste?
¡Al fin voy a poder estudiar!— tomo mi brazo con alegría.
— Así es, al fin vas a poder estudiar
como tanto querías cariño.
— Se lo agradezco mucho señor Hazad.
— Fue un placer, espero que sea de tu
agrado.
— déjeme prepararle un café para
agradecerle, ¿le gustaría eso?— ella se levantó.
— Me encantaría, gracias.
Se retiró.
— Es una felicidad muy grande, muchas
gracias no sé como pagarle.— su mano tomo la mía sobre la mesa.
— Ahora le toca a tu padre, vamos a
sacarlo de ahí.
— Eso espero.... No puedo dejar de pensar
en el... Si estará bien... No estoy acostumbrado a estar tan lejos de su
presencia.
— Todo estará bien y ustedes volverán a
estar juntos.
Su agarre se hizo más firme y yo hice lo
mismo mirándonos mutuamente.
°Capitulo 40°
Nota importante:
Corazones a los que me preguntaban, les aclararé
ya que es una pregunta recurrente, está novela si es +18 pero los capitulos sin
censura estarán en los extras para que sea para todo publico, así aparece en la
historia original que por supuesto les estaremos trayendo aquí con mucho amor💖
"Esto es mejor hacerlo de esta forma"
el señor Hazad hablo a mis espaldas.
"¿Enserio? Pensé que se hacía
diferente." Le mire de nuevo.
"Bueno, no conocía otra manera, pero veo
que también funciona." Mis ojos se centraron en el tazón que tenía frente
a el, las mangas de su camisa estaban más arriba de sus brazos y su abrigo
había desaparecido.
"Así es, oh lo siento ¿estás necesitando el
azúcar?" Pregunto tratando de tomarlo, negué lentamente. Hasta que divisé
el aceite que necesitaba a su lado.
Me precipité a tomarlo también chocando con su
pecho.
"Dios lo siento debí preguntar
primero." Mire hacía otro lado.
"Está bien, puedes tomarlo" se alejo
de mi cuerpo pero algo se lo impedía. Algo lo seguía uniendo a mi cuerpo.
Mire hacía nuestro pecho unido por un artefacto
de su camisa, aquel era un adorno pequeño color plata que se había enganchado
en los cordones de mi camisa.
"Un momento yo lo hago." Trate de
zafarme sin mirar su rostro pero sus palabras me detuvieron.
"Está enredado déjame ayudarte" sus
manos tomaron las mias, aquellas me deslumbraban por el sin fin de anillos que
las cubrían.
Su ceño fruncido, llamo mi atención y no pude
apartar mi mirada hasta que su rostro lo noto porque sus ojos grises se
centraron sobre mi.
"Ya esta." Me separé de su cuerpo sin
dejar de vernos en silencio.
—¿Hermano hay alguien en la puerta?— salí de mis pensamientos mirando al
otro lado.
— Buen dia, soy Will el abogado encargado
del caso de su padre. Vine porque el señor Hazad me lo encargó.
Tome su mano.
— Arreglamos una llamada para usted,
podrá hablar con su padre por teléfono, el señor Hazad encargó la llamada para
este día. En un momento los llamarán a este teléfono.
— Que detalle.— hablo en señor Sihan y
Ayse se hizo a mi lado.
— Abogado tome asiento.
Así fue y pronto su teléfono sonó.
— ¿Alcalde? Si.. está qui. Ahora se lo
comunico.— me tendió el teléfono.— su padre.
Sentí mi corazón acelerarse.— ¡Papá! Un
susurro suyo se escapó.
—¿Cómo está tu salud?
— Estoy bien mi niño gracias, aquí me
están atendiendo muy bien. No te preocupes por nada ya estoy mejor.
Sonreí mientras la lágrimas empezaban a
caer.
— Que alivio, me dejas más tranquilo
papá. Escuchá Ayse está aquí la pasaré al teléfono.— se lo entregue.
— Hola ¿papá? ¿Cómo estas?
— Cuando cree que saldrá libre mi papá.—
volví al abogado.
— Señor Eve, el señor Hazad me informo lo
relacionado al caso y estoy haciendo todo lo posible, esperamos que saldrá
libre en el primer juicio.
Sonreí — Yo también.
Fue como si mi alma estuviera en paz por
unos momentos efímeros.
— Tu no te preocupes hijo, vendrá Hazad y
todo estará bien.
Sonreí a medias en la mansión después de
haber recibido una bienvenida por parte de todos.
— Oh bienvenido hijo.— mi suegra hablo y
entonces su presencia fue clara.
El paso de ella y tomo asiento.
— Mira hijo mío, yo todavía no se cuál es
el problema entre ustedes pero sea lo que sea, lo han dejado llegar demasiado
lejos. Pronto van a tener un bebé Hazad.— lo miro.— Serás padre. Un tiempo no
es recomendable para ustedes dos.
— Padre ¿porque no nos dejas hablar a
Andre y a mi solos?— se quedó en silencio.
— Muy bien, ustedes pueden conversar lo
que quieran después, pero en primer lugar necesito que me escuchen.
— Tu padre tiene razón hijo, ustedes no
pueden separarse. Esto es por su propia felicidad.
El ambiente era tensó.
— Yo fui a hablar personalmente con Andre
y vino conmigo, ahora te pido a ti que consideres tu decisión y no olvides lo
que te estoy diciendo. Lo importante es tu bebé. Ahora vayan y hablen las cosas
con calma, espero haber sido claro.— Hazad fijo su vista en mi.
— Bueno papá hablaremos.
— Bien con eso me conformo, más tarde
ustedes podrán conversar de todo lo que quieran, ahora vengan conmigo.
Empezó a subir escaleras arriba.
—¿A dónde nos llevas cariño?— mi suegra
parecía estar igual de confundida a nosotros.
— Les tengo una gran sorpresa. Dejen esas
caras de impresión.
Seguimos su camino hasta el pasillo
pasando a través de nuestras habitaciones.
Una puerta blanca se abrio de par en par y el aliento me faltó.
— Está es mi sorpresa para ustedes.— mi
suegro estaba feliz algo que no se compartía para nada.
—¿Cuando hiciste esto querido?, no me
habias dicho nada.
— He estado haciendo esto con algo de
ayuda.
— Es hermoso.
No era hermoso, era demasiado para
soportar.
— ¿Andre?
— Con su permiso.
A este punto el agua salada bañaba mi
rostro haciéndolo irreconocible.
Había querido evitar esa habitación
tantas veces.
Hazad llegó a dónde estaba y se sentó al
frente.
— ¿Estás bien?
—¿Cómo podría estarlo Hazad? Hasta la
habítacion del bebé está lista para un bebé que ni siquiera se sabe si va a
nacer.
Me crucé de brazos.
— Ahora que estás diciendo.
— Eve tiene que abortar, no existe otra
manera.
— Nadie va a abortar, puede que tú no
seas su papa, pero yo soy su padre y ahora estamos hablando de mi hijo.
Sus ojos decididos.
— Hazad ¿Acaso no lo entiendes? Este bebé
acabará con nuestro matrimonio, ¿eso es lo que quieres?
— Está fue tu idea, no la mía.
Limpie una lágrima.
— Vas a tener que tomar una decisión
Hazad, tienes dos opciones, o te deshaces del bebé y de Eve de una vez por
todas, o tú y yo nos divorciaremos. Ya no pensar en nada más me cansé de esto.
— Es el bebé o eres tú ¿Es eso?— Susurre
un no.
— Es Eve o soy yo.
Paso una mano por su cabello.— Andre, Eve
no tiene nada que ver en esto.
— Eve no es un chico mas para ti Hazad,
admitelo.
— Claro que no es uno más, como no va a
ser especial después de todo lo que hemos pasado.
— ¿Y quien soy yo entonces? Que papel
ocupo en tu vida. ¿Soy tu pobre esposo que no es capaz de darte un hijo? Cómo
llegamos a este punto, antes todos los días eran como un sueño. Ahora todo es
una pesadilla.. ¿Cómo pasó?
—Ninguno tuvo la culpa de esto.. solo
paso y nada mas, ahora estamos hablando de un bebé, uno que no pienso
abandonar, que te quede eso claro.
— ¿Y que vas a hacer? ¿Vas a decirle la
verdad a Eve?— otra lágrima rodó.
— Eve también merece saber la verdad, no
puedo cargar más con este peso.
— Hazad. Piensa en lo que sucedería si
eso pasa.— me cortó enseguida.
— Ya he pensado en todo. No voy a seguir
viviendo en una mentira y el también está en todo su derecho de saberlo.—
Sentenció.
—.... Si llegas a hacer eso vas a
perderme.
Su mandíbula se volvió firme y ajusto su
traje antes de levantarse y abandonarme, de nuevo.
A este punto llorar ya no se sentía suficiente.
Comentarios
Publicar un comentario